Los profesionales que han ocupado puestos de relevancia en las organizaciones y han llegado a los 50 años, pueden encontrarse buscando un empleo debido a la crisis y a los recortes. Situación por otro lado creciente motivada por la contratación de mano de obra barata y menos cualificada (eso sí, con interés por aprender) con el fin de reducir costes dentro de las empresas.
En la mayoría de los casos el mercado puede ofrecer alternativas a estos profesionales pero a menudo se trata de posiciones de menor nivel y responsabilidad de las que han tenido hasta el momento, porque esas empresas desconfían de su estabilidad e implicación a medio plazo, olvidando que a estos a estos gerentes y directivos en la cincuentena:
- Les preocupa especialmente la estabilidad del nuevo proyecto además de su desarrollo futuro en la empresa.
- Son flexibles en las condiciones laborales del nuevo proyecto. Están abiertos a la movilidad geográfica y a reducir inicialmente su retribución si es necesario.
- Se adaptan mejor a culturas empresariales diferentes. Han vivido en entornos muy dispares.
- Son leales al proyecto y más resistentes a situaciones complicadas y periodos de dificultad.
- Su actitud es más serena y templada por la perspectiva del tiempo y la experiencia.
- Su visión de las situaciones de negocio es madura y ponderada, alejada de extremos y maximalismos. Son realistas. Saben que la clave del éxito es el esfuerzo continuado.
- Están acostumbrados y plenamente integrados en el uso intensivo de las nuevas tecnologías en la empresa actual.
- Están curtidos por más de 20 años de experiencia profesional. Han participado y extraído lecciones prácticas de periodos muy diversos en la vida de las empresas: creación, crecimiento, consolidación, expansión y contracción.
- Tienen una visión amplia de la empresa y del negocio, más allá de su área o especialidad.
- Pueden colaborar en la consolidación de los miembros más jóvenes del equipo, sobre los que pueden ejercer una pedagogía muy positiva.
- Tienen muchas relaciones profesionales en distintos sectores y zonas geográficas. Esta red de contactos puede ser muy útil en su nuevo trabajo.
- Son discretos y no critican. Dan su opinión si se la piden y pueden acabar siendo buenos asesores de los más jóvenes
Por tanto, si a pesar de su conocimiento y potencial, a las empresas no les interesa este perfil dentro de sus organizaciones, por qué no contrartarles a tiempo parcial, por proyecto?
Por qué los gobiernos en vez de penalizar a los emprendedores, no ayudan suficientemente a estos profesionales a ser quienes tomen las riendas de la creación de nuevos negocios que desarrollen el tejido productivo y creen empleo?
Por tanto, si te ves reflejado en este post:
“Experienciaté”
Disfruta de lo que tienes. Úsala, muéstrala, y convierte este activo en el principal capital de tu nueva empresa. Eso sí, no lo conviertas todo al modo experiencia, no seas el “abuelo cebolleta”, no cimientes tu proyecto en contar tus experiencias. Por más que sepas, hay un mundo por descubrir.
Muestra Curiosidad Prudente
Abrirse a nuevas experiencias, aprender de nuevo, salir, explorar, conocer, sobre todo personas que hasta este momento jamás pensaste que estarían en tu entorno vital y profesional. Eso sí, hazlo con la prudencia que proporciona la experiencia, o no, total.
Escuchar
Pide consejo, déjate asesorar. No pienses que tienes el pasaporte lleno de visas que te permiten pasar por todas las casillas sin pagar peaje. En muchas ocasiones escuchar es muy difícil para los que disfrutan de mucha experiencia vital, haz una prueba, si cuando está hablando otro ya estás preparando una réplica o un argumento contrario, piénsalo dos veces… No quieres escuchar.
Abraza las nuevas tecnologías
Piensa, nunca es tarde para nada, bueno tal vez para todo no, pero no sirve al “espíritu emprendedor” eso de “yo ya estoy mayor para estas cosas”. Internet y las nuevas tecnologías de comunicación (Social Media) te darán muchas más opciones de las que puedas pensar, de las que seguro teníamos hace unos años.
Ofrece más que pide
Si, si, como lo lees. ¿Pero cómo si es un negocio? ¿Tengo que ganar dinero? Cierto, y deberás crear tu plan de negocio. Pero este debe contener el valor de “ofrecer” más que el de “pedir”. Si ofreces un producto que rezuma talento con experiencia, súmale la opción de ser fuerte en su confianza. La opción de ofrecer más que pedir, da el sentido de confianza a lo que haces.