A menudo escuchamos hablar de la Agenda para los Objetivos de Desarrollo del Millenio (ODM) y últimamente de Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) pero cabe la duda de si hablamos de lo mismo o de cosas diferentes.
A continuación las diferencias:
Sostenibilidad. La nueva hoja de ruta pone en el centro una cuestión que había permanecido en un segundo plano: el modelo actual es insostenible. Para garantizar la vida y los derechos de las personas y el planeta tierra, el modelo a seguir tiene que ser sostenible.
Equidad. Los ODM se basaban en promedios nacionales y no contaban con la realidad de las comunidades más vulnerables y alejadas. Los ODS tienen en cuenta más parámetros que reflejan mejor la realidad.
Universalidad. Mientras los ODM trabajaban las metas solo en los países en desarrollo, los ODS establecen que todos los problemas están interconectados y hay que abordarlos desde todos los países.
Compromiso. Ahora, los ODS comprometen a todos los países del mundo. Esto significa que el Gobierno de España tendrá que aplicarlos en sus políticas internas, y por lo tanto debemos exigírselo a nuestros representantes políticos.
Alcance. Frente a los 8 ODM, ahora tenemos 17 ODS con 169 metas a alcanzar incluyendo por primera vez cuestiones fundamentales como el empleo digno o el cambio climático.
En resumen, sostenibilidad, equidad, universalidad, compromiso y alcance son los rasgos diferenciadores por los que esta Agenda de Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) apuesta, una oportunidad única de ciudadanía global para construir un mundo sostenible para todas las personas.